Blog con información del poeta Manuel López Azorín: libros publicados, poemas, reseñas sobre sus libros y todo cuanto se relacione con su poesía.
lunes, 7 de noviembre de 2011
Manuel López Azorín en Libertad 8: Notas para el recuerdo
El jueves 13 de octubre presenté mi libro Sólo la luz alumbra en el Café Libertad 8 de Madrid.Ese mítico Cafe Literario (la primera vez que lo visité fue con Claudio Rodriguez y Ángel González y de eso hace ya muchos, muchos años), Cafe de la canción de autor (que se lo digan a Pedro Guerra, a Ismael Serrano y, cómo no, a tantos como han cantado en él). Café o "bar" como yo lo llamé en un poema (Imaginad un bar era su título) cuando celebramos su 30 aniversario junto a Ricardo, el capitán de este barco de voces que navegan al aire de la palabra, de la cadencia, del sonido, de la música, con una antología que se llamó Agua Símbolo y Memoria.
Ese jueves 13 de octubre me encontré allí con Victor Alfaro, Victor hace un programa de radio: Al caer el sol, creo que una vez al mes, desde Libertad8 y ese día grababa uno con Marwan creo recordar. Luego nos saludamos pues aunque sabiamos el uno del otro no nos habían presentado nunca. Victor tuvo la deferencia de quedarse a la lectura que iba a dar de Sólo la luz alumbra.
En Libertad 8 me encontré igualmente con unos cuantos amigos que se acercaron para escucharme, algo que siempre se agradece en estos actos y que se recuerda luego con afecto. No sé si recordaré a todos por lo que, si alguno se me olvida, pido sinceras disculpas. Entre los que recuerdo estaban: El poeta norteamericano Mills Fox Edgerton que me trajo, como regalo, su último libro publicado Luz y sombra..
Pedro A. González Moreno, poeta donde los haya. Me emociona en muchas ocasiones con su buena y honda poesía que siempre está hecha con la materia de los sueños.
Manuel Cortijo Rodríguez, poeta que coodirige junto a otro poeta,Juan Pedro Carrasco, mes a mes, la Tertulia Eduardo Alonso en la Casa de Castilla la Mancha..
Francisco Caro otro estupendo poeta, preciso y sugerente, que llegó -me dijo- algo tarde pero que estuvo allí acompañándome, de la mano.
Carmina Casala, mi querida y admirada siempre Carmina la poeta de la cual me gusta toda su poesía y especialmente un hermoso verso suyo que convoca eclipes para la soledad y que fue capaz de acercarse a pesar del tremendo catarro que sufría. (Eso es amistad)
Los poetas Rafael Borge poeta sorpesa de emocionante voz y Manuel Cortijo cieza,a quien hace tiempo prologué un hermoso libro que fue su vuelta a la poesía tras veinte años de silencio, buenos poetas y buenos amigos.
Ramón Irigoyen que hacía tiempo que no nos veíamos y me alegré mucho, hablamos luego de romances entre otras cosas. Miguel Ortega Isla que llegó de los primeros y nos saludamos a la entrada y Simón , el marido de Encarnación Huerta,
Francisco José Sevilla, poeta maldito, l'enfant terrible por destino a quien, como un trasgo enredador y travieso siempre y siempre poeta-poeta, tengo un enorme cariño desde que era un sorprendente y jovencísimo de 17 años que anduvo junto a mí en el Helicón. Llegó acompañado de un amigo, estuvo un tiempo y, finalmente, se me acercó para despedirse, y desapareció.
También acudieron la poeta extremeña Juana Vázquez y mi paisana, de Blanca (Murcia), Sagrario Núñez. Lamento no recordar el nombre de dos escritores que han publicado en Sial y que también estuvieron al igual que el joven y ya maduro poeta Diego Medina Poveda y el jovencísimo y prometedor poeta Sergio García García.
A mi lado durante las presentaciones se encontraba J. Álvaro Gómez, él hizo las fotos que aquí ilustran esta crónica, tímido, gran escuchador, poeta que aprende, escritor y entrevistador en la revista digital Granite Raimbow.
El excelente poeta José Luis Morales que me comentó, movil en mano al que no podía acceder por no sé que razón, que otro Morales, hijo del gran poeta Rafael Morales, es decir el profesor, crítico, y también poeta Rafael Morales Barba quería verme y hablar conmigo.
Recuerdo también a un joven, José Casillas, que vino, acompañado de su mujer, a saludarme para decirme que iba, de nuevo, a retomar la poesía tras haberme escuchado (gracias, muchas gracias)y a darme recuerdos de Javier de Editorial Drakul porque a éste le fue imposible acudir.
Allí estaban tambien, para acompañarme en la lectura e intervenir, el editor del libro Basilio Rodriguez Cañada, los poetas Pepe Ramos y Julio Santiago y mis cantautores favoritos Rafa Mora y Moncho Otero. El editor fue apasionado y generoso en mi presentación y fue dando paso a las intervenciones de Pepe Ramos, que además mostrarme su afecto, estuvo casi solemne hablando de mí y de mi poesía y eso no es lo habitual en este poeta -joven pero ya no tanto como dice él- que gusta de la vida con alegría y con humor, aunque la procesión, de la vida, vaya por dentro con jodidos cilicios que flagelan por su cuenta. En fin yo pensé -siendo Pepe Ramos- que el cachondeo estaría asegurado y no fue así. De cualquier modo con o sin cachondeo Pepe Ramos hace bien todo lo que hace.
Le tocó el turno después a Julio Santiago, un poeta que viene adelgazando su poesía no hasta la anorexia sino hasta la más estricta esencialidad y, también casi solemne, habló, entre otras cosas, de la melancolía en mi obra poética y terminó leyendo un poema titulado Elegía que yo escribi para Pepe Hierro. Julio que es siempre tierno y afectuoso tampoco mostró esa noche su faceta más lúdica; pero lo que hizo, lo hizo bien y con mucho cariño. Me consta.
Rafa Mora y Moncho Otero intervinieron después interpretando cuatro temas del disco que preparan con -creo- diez poemas míos, elegidos por ellos de entre los muchos que han venido, durante ya casi doce años, musicalizando de mis diferentes libros. Y tengo ganas de ver el disco acabado que van a titular El río de los ojos, este poema fue el primero que, en 1999, musicalizara Moncho Otero porque a su padre le gustó mucho. Vaya pues como homenaje al padre también. Ellos andan muy satisfechos del trabajo realizado y yo confío plenamente en su buen hacer.Sólo uno de los poemas que han musicalizadono está en esta antología, es Digo amor, digo esperanza. Obviamente una antología todo lo publicado y este poema que está colgado en la entrada anterior a ésta, se quedó fuera.
Y mientras escribo esta crónica para el recuerdo, recibo esta foto de Rafa Mora y Moncho Otero mostrándome el CD El río de los ojos para ponerme lod dientes largos de alegría. En Libertad8, no podía ser de otro modo, lo presentarán, por primera vez oficialmente, el próximo 22 de diciembre.
Finalmente me tocó intervenir y tras los agradecimientos a todos y cada uno de los que alló se encontraban, di paso a una lectura basada en el libro que da título a la antología: Sólo la luz alumbra. Libro del que ha dicho Jorge de Arco:En él, López Azorín ofrece una serie de consejos muy recomendables para esa tropa de jóvenes poetas que confunden la ilusión primeriza con el ego impertinente y que creen hallar en sus propios versos múltiples aciertos y ningún desatino.
Leí sólo poemas de ese último libro con la única excepción del primer poema, una especie de poética titulada El valor relativo que pertenece a mi libro Versos para después de una película. En fin, muchas gracias a todos los que estuvistéis allí ese día, seaís citados o no aquí, lo cierto es deciros a todos sin exclusión, como decía una famosa vedette humorística: Gracias por venir.
EL VALOR RELATIVO
No presumo certezas ni contengo verdades absolutas
y nunca me cuestiono el valor relativo de los versos
ni la luz que desgranen o la sombra que viertan las palabras
sobre quienes las lean.
Yo trato de encontrarme y de buscaros,
de abrazarme a la música con su perfecto ritmo en las palabras,
en todos los sentidos.
No pretendo una estética concreta
ni solo contenido para escribir palabras y palabras.
Edificar la casa, darle luz a las salas,
sentido a los jardines, serenidad a todas las ideas,
sosiego a la emoción. Las sensaciones…
ponerlas en su sitio.
Hallar conocimiento y desde él,
comunicar, si puedo, cuanto sé de lo vivido en mí,
(de ese tiempo que es mío y que me abraza
como a todos vosotros),
de lo que adviertan todos mis sentidos
sobre lo más hermoso, sobre lo más horrible,
para dármelo y dároslo.
De manera sencilla,
decir en lo que cuente mucho más
con las claves precisas del misterio y la magia
de lo que es poesía.
Abrir la caja mágica
para que vuelen las palabras, libres,
por todos los caminos,
por todos los senderos de la vida y el sueño.
(Es cosa de entomólogos,
me dice el cazador de las libélulas,
el que atrapa la vida por las alas de sílabas
en un preciso vuelo de emociones y músicas,
es cosa de poetas.)
no presumo certezas ni contengo verdades absolutas
y sé bien que no importa el valor relativo de mis versos
ni la luz que desgranen
o la sombra que viertan mis palabras.
Yo me escribo a mí mismo para escribir a todos
y ando perdido siempre entre las hojas
del claroscuro bosque en que habitamos,
acechando crisálidas,
tratando de buscaros, de encontrarme,
en este tiempo y esta historia nuestros.
(Y cómo darle caza al lepidóptero
si es cosa de entomólogos, poetas…)
Manuel López Azorín
Del libro: Versos para después de una película
(Recogido en la antología Sólo la luz alumbra)
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