martes, 18 de febrero de 2014

Manuel López Azorín. Poema "Camarón" (Elegía homenaje) con Nacho Martín a la guitarra




Manuel López Azorín. Del libro Romancero flamenco editado por Eirene Editorial: Poema "Camarón I y Camarón II" 
(Elegía homenaje) con Nacho Martín a la guitarra





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CAMARÓN I
             
Para ti, para los tuyos,
para todo el que lo sienta,
un romancero flamenco.
Una historia y una queja
para un sol rubio, andaluz,
El Camarón, por más señas.

Por un cante, por un pueblo,
por un hombre que nos deja
como nos dejaron tantos
antes de que éste naciera.

Aunque aquí no se los nombra
andan por este poema
que quiere ser homenaje
de lego amante que vuelca,
más que saber, corazón
para las voces flamencas.

Una leyenda sin tiempo
por Andalucía vuela.
Pueblo que viven su cante

sin límites ni barreras.



CAMARÓN II



¡Ay rubio sol andaluz,
te llevó la noche negra!
Envidiosa de tu voz
quiso quedarse con ella.

¡Ay rubio sol andaluz
que en Cádiz doró la arena
por la playa, por el monte,
las calles… y las tabernas.

¡Ay! Roja piel de la tarde
que fue sangre y que navega,
universal, por los mares,
esclarecida y serena.

¡Ay! Murmullo de los vientos
que por la garganta quiebran
soleares, martinetes,
siguiriyas, peteneras...
cantes nuevos, cantes viejos
que gimen, lloran, protestan,
y son un clamor de rabias
y la ternura más tierna.

 La voz enredada al aire.
El aire lleno de cuerdas.
Cantes viejos, cantes puros,
cantes que, nuevos, intentan
mezclar, fundir, dar al viento
por la voz, toda la esencia
del más hermoso flamenco
que desde el alma naciera.

La voz enredada al aire,
el aire lleno de cuerdas.
Ayer y mañana juntos
por la garganta resuenan.

 Al rubio sol andaluz
     –gitano para más señas–
le ha roto el pecho la noche
y llora el alba, y se queja:

               –¿Quién me alegrará los días
                   si la noche se lo queda?
                   Sin el calor de su voz,
                   decidme ¿Quién me despierta?

El aire callado viene
y con lágrimas me deja
besos de amargo silencio,
rocío de llanto y pena.
              –¿Quién se montará en mi grupa?
(Me dice mientras se queja)
                  ¿Qué cantes irán conmigo
                   si la noche se lo lleva?

 Enmudece la mañana
y las guitarras se quejan,
se queja el alba, y el aire,
payos, gitanos se quejan.

 El rubio sol andaluz
–que raptó la noche negra–
ya no se enreda en el aire,
ni al aire su voz se entrega.

¡Silencio! Murió un gitano
y no un gitano cualquiera,
el gitano con más duende
entre las voces flamencas.

Defensor del Cante jondo,
renovador de una escuela
con la pureza del cante
en la raíz de su tierra.

¡Silencio! Calló un gitano
y no un gitano cualquiera.
José Monge Cruz su nombre,
El Camarón por más señas.
Un rubio sol andaluz
que hizo la tierra flamenca.



Dos siguiriyas y una  soleá por Camarón


José Monge Cruz,
Camarón de la Isla.
Todos los ríos a los mares llevan
una siguiriya.

Se fue el Camarón,
se fue antes del alba
y en los llantos de los ríos se forman
mares de guitarras.

Cuánta pena va por dentro.
Qué fatiguita vivir
para morirse tan nuevo.

Manuel López Azorín
Del libro Romancero flamenco (Eirene Editorial. Madrid, 2012)