domingo, 4 de diciembre de 2011

Manuel López Azorín, presentado por Marisa de la Peña, dio una lectura en la Tertulia Literaria Hispanoamericana Rafael Montesinos

Nota: todas las fotografías son de Rafael Cesar Montesinos. Gracias por enviármelas.

En la Tertulia Literaria Hispanoamericana Rafael Montesinos,dirigida por su mujer, Marisa Calvo con la inestimable ayuda de su hijo Rafa Cesar Montesinos, durante la lectura que ofrecí a todos los amigos que me acompañaron esa tarde, Marisa de la Peña, que inició su presentación elogiado la Tertulia y al poeta que la dirigió durante más de 50 años, ejerció de presentadora, generosa conmigo y laudatoria para con mi poesía, y esto fue lo que nos dijo:


Introducción
La literatura teje extrañas asociaciones en nuestra memoria. Estar en esta tertulia es para mí un orgullo, un privilegio y una enorme responsabilidad. Por un lado Rafael Montesinos, uno de los poetas que ha configurado mi educación poética y sentimental. Descubrí su poesía intimista allá por mis años universitarios, esa poesía que revela la nostalgia de la infancia perdida y de la la ciudad de Sevilla, abandonada cuando era muy joven muy a su pesar, y que adquiere una dimensión de paraíso perdido, de lejana alameda reconquistada por la poesía, una y otra vez
.


Y por otro lado, estar aquí para presentar y acompañar a un poeta muy querido y admirado que nos trae su nuevo libro, Sólo la luz alumbra, una compilación de casi 25 años de poesía, en la que viajamos del presente al pasado de la mano de la palabra poética, desde el más reciente Sólo la luz alumbra, hasta Marasmo, pasando por Libro del desconcierto, Azul de los afectos o La ceniza y la espuma.
He leído este libro con una enorme expectación y con un profundo respeto. Y quiero compartir con todos los aquí presentes, y con su autor, esta pequeña presentación, que no es sino una reflexión personal, un diálogo entre lector y poeta , esa dialéctica de dar y recibir que encierra siempre la buena literatura.




Manuel López Azorín y el triunfo de la luz.
Pág.67,”Los poetas de luz”


Los poetas de luz siempre están vivos
ofreciendo el destello en sus palabras,
mostrando entre la luz
–en el fulgor de su camino –
la vida toda,
la claridad más honda,
en lo visible alumbra lo invisible.

Los poetas de luz siempre están vivos.
Siempre andarán –por la vida o la página –
amaneciendo.
Siempre
con el fulgor que hace perder el miedo
y despeja la sombra,
el que ahuyenta las dudas, el que alumbra
con esa luz que todo lo ilumina.


La poesía es un misterio revelado, un camino, una encrucijada, un extrañamiento necesario, una búsqueda, un encuentro y un reencuentro. Necesita del ritmo y la palabra, son su latido y su savia. No le basta con unir palabras sonoras sin sentido, necesita la música, el tempo, la vibración interna, necesita un tema que la vertebre y un lenguaje poético que la dé forma. Tiene cuerpo y alma, y son indivisibles. Todo eso, nada más, y nada menos, lo encontramos cuando nos acercamos a la poesía de M.L.Azorín: maestría formal, profundidad de pensamiento, conocimiento de los grandes maestros, dominio de la técnica. La forma al servicio de la idea. La palabra plena, viva, preciosa y precisa, no la cáscara hueca o un fruto sin cáscara demasiado frágil y sin andamiaje que pueda sostenerlo.



pág 209

UN BIEN PRECIOSO
II

Y lo que sueño es verso,
que anda mi vida en ellos enredada
y apenas si respiro o siento nada
que no sea poesía.

Mi alma, como eterna penitente,
buscando va la fuente
para saciar y hallar la vía
-extraña romería-
del río que es un canto
siempre vivo de risas y de llanto.


Somos lo que leemos, lo que escribimos, la música que nos conmueve y el agua que nos calma la sed. Yo leo mucha poesía, por trabajo, por afición y por necesidad. Descubro cada día nuevos enfoques y nuevas voces poéticas, pero sigo bebiendo del sereno manantial de los maestros que me despertaron hace ya muchos años.
En los últimos tiempos había llegado a pensar que era irrecuperable aquel idilio que mantuve un día, aquel extrañamiento delicioso, aquel descubrimiento inexplicable de palabras que fui haciendo mías, de versos que grababa en mi memoria. A la poesía le debo mucho de lo que soy, puede que incluso todo. Y leyendo los versos de M.López Azorín he vuelto a rescatar esa embriaguez de un poema mil veces repetido.


“Sólo el amor nos salva,sin amor
anda perdido el eco de la vida(…)"

Y parece decirme que la poesía es eso: encuentro con el otro, reconocimiento, entrega y emoción, simbiosis, conocimiento y descubrimiento. Lo he sentido otra vez, y no quiero perderlo.

Porque la literatura no son sólo palabras bien engarzadas y correctamente seleccionadas (lo cual también es imprescindible), por mucho que algunos estructuralistas se hayan empeñado en lo contrario. Un texto literario no es sólo un armazón bien construido, al igual que un hogar no es sólo un perfecto entramado de vigas, tuberías, cimientos y techados. La literatura tiene alma, en ella laten las ideas del autor, su particular forma de relacionarse con el mundo, sus miedos, sus obsesiones, sus filias y sus fobias. Para que un escritor nos conmueva, nos remueva, se quede para siempre con nosotros, viva en nuestra memoria y forme parte de lo que realmente somos, no vale con que escriba bien, con que domine la técnica y conozca los preceptos genéricos o los recursos lingüísticos, tiene que emocionarnos, conmocionarnos, dejar en nosotros una profunda huella. Tiene que despertarnos, que desordenarnos, que dejarnos exhaustos, embriagados, impactados.




pág 136

POESÍA VIDA

Sólo en ti me refugio, me sostengo,
acudo hasta tu cita cada día
y trato, en la palabra que te guía,
de hallar quién soy, por qué, de dónde vengo.

Y trato, al mismo tiempo que mantengo
la búsqueda diaria, de hacer mía
esa profunda y gran sabiduría
de los muchos hermanos que en ti tengo.

Conocerte es saberme y conocerlos
aunque nunca los sepa suficiente
porque aquí vamos todos de presuntos,

pero en ti quiero verme y quiero verlos.
Voy a buscar contigo la corriente
del río que nos mueve a todos juntos.


¿Comunicación? ¿Conocimiento? ¿Belleza? La buena literatura es todo eso y mucho más: es la que nos acompaña en nuestra formación y nos enriquece, la que nos acoge en los destierros y nos consuela en las derrotas, la que nos adormece en los insomnios y nos reconforta en los naufragios. Sólo la luz alumbra ha sido para mí, y me atrevo a aventurar que lo será para todos los que lean los versos que la habitan, una experiencia reconfortante, un feliz encuentro con el mundo poético de este hombre bueno y este buen poeta(siempre en el sentido machadiano de ambos conceptos).
pág 202

HOMBRES
I Hay hombres que son nobles,
forjados -como espada toledana,
Quijotes en el fondode su alma-
con duro y tierno acero.

Hombres que lloran su dolor y luchan,
y su dolor expulsan
dando paso al amor -canto sublime-
para alejar el triste
y amargo sentimiento
que sufre el hombre-Bécquer en silencio



Cuando un artista crea, un mundo nuevo nace. Creamos porque somos, porque estamos, porque queremos conocer, conocernos y reconocernos.
Toda obra de arte es un acto de entrega que roza lo divino. Lo sabían los griegos, lo llamaban “poiesis” (ποίησις:creación), y de ahí la poesía.
La poesía, como la música, nos transporta a lugares imposibles, a sensaciones sinestésicas, a rincones de nosotros mismos que nunca antes habíamos transitado.
Encontrar el verso perfecto, la palabra precisa, la metáfora sublime, es un don de los dioses que no a todos nos es concedido. Conseguir conmover, mover al otro hasta nuestra propia búsqueda interior para que se conozca un poco más a sí mismo; hacer que alguien haga suyo un verso o un poema y lo lleve con él, prendido en su memoria para siempre, es un privilegio.


Manuel López Azorín tiene, sin duda alguna, ese don prometeico de la luz y la palabra. Y quiero agradecerle en nombre de todos sus lectores presentes y futuros, que nos lo haya entregado, porque es verdad, sólo la luz alumbra y “hay quienes venden humo” y hay quienes dejan luz”.
Querido poeta, gracias por dejarnos, tan generosamente, la luz de tu palabra.


Marisa de la Peña





Después de las palabras, acompañadas con algunos poemas de esta antología, que sirvieron de presentación a Marisa de la Peña, agradecí a Marisa Calvo y a Rafa Cesar Montesinos la invitación para, como en anteriores ocasiones lo vine haciendo con Rafael Montesinos, leer en la Tertulia, en esta ocasión, la antología Solo la luz alumbra.

Agradecí también, cómo no, a Marisa de la Peña su generosa y sé que sincera presentación y traté de dar una lectura no habitual con algunos poemas que no suelo leer en público, fue una lectura íntima, sincera y personal, dedicada a los amigos allí presentes de los que me despedía por un tiempo ya que este próximo año me retiraré de las actividades poéticas: lecturas, asistencia a tertulias etc quedarán aparcadas por un tiempo para dedicarme a otros asuntos que en este momento necesitan que me ocupe de ellos.



Dos días después de la lectura me encuentro, en el blog de Francisco Caro Mientras la luz este comentario: Vuelto al oficio y/o a la devoción de oyente, fue un placer oír de nuevo (martes 29) la voz sosegada de Manuel López Azorín, un hombre bueno, buen poeta. En algún rincón de este blog está escrita mi impresión de Sólo la luz alumbra. Quiero decir ahora que me impresionó, que me emocionó la lectura del poema Me llevo, ejemplo de poesía que araña el corazón, la más útil de todas las que conozco, de todas las que escucho. Manolo anunció, en la casa de los Montesinos, que después de este año de ajetreo se tomará un descanso por la grama


Nombrar a todos los poetas amigos que se acercaron a la lectura es lo que me apetece; pero parece ser que si olvido a alguno pudiera molestarse, me dicen, y yo creo que no lo harán. Asi que me arriego a ello y cito: Además de Marisa de la Peña, mi presentadora, y de la directora de la Tertulia y sus hijos, Marisa Calvo, Rafael Cesar Montesinos, su mujer, Maite y Ramón Montesinos, además de Maxi Rey, siempre con su cámara, generoso, grabando,me acompañaron esa tarde los poetas Carmina Casala (de Carmina es imposible olvidarse)ni de mi traductor de poemas y libros al árabe Jesús Riosalido, , tampoco de un estupendo poeta y buen amigo como Pedro A. González Moreno,ni de Francisco Caro y/o José Luis Morales.


Qué decir de Enrique Gracia( me regaló un dibujo en el que fue anotando palabras de los poemas que leí),tampoco de Manuel Quiroga Clérigo (cuánto tiempo sin vernos), Lola Vicente (que tuvo el valor de venir desde Segovia),Javier Diaz Gil (esta vez si le reconocí y nos saludamos),Lola de la Serna (cuántos años de amistad Lola), Juan Ruiz de Torres (ese día, por imperativos, sin Ängela Reyes), El peruano Miguel Cabrera, Laura Gómez Recas (que se trajo a su hija), José María Montesinos, Álvaro Gómez (siempre ahí, siempre escuchando, aprendiendo... atento),Antonio Daganzo, siempre tan cariñoso...Sé que olvido algún que otro nombre, pero sé también que no se molestarán porque serán benévolos conmigo.





Además de los que asistieron sé que estuvieron sin estar Javier Lostalé que no llego (por estar grabando. Jesús Hilario Tundidor (operado de desprendimiento de retina). Franca Figueroa y Emilio Ruiz Parra con su cadera operada hace poco.Manuel Cortijo Rodríguez con un compromiso que le impidió asistir, Amando Carabias, Beatriz Villacañas y Clara Miranda que me telefoneó esa mañana y se nos fue media hora hablando, como siempre,de Claudio. En esta ocasión me hablaba Clara de la correspondencia que conservaba de Vicente Aleixandre, escrita por el nobel a Claudio Rodríguez mientras éste estuvo en Nottingham y Cambridge. Vicente Aleixandre dijo haber destruido toda su correspondencia pero resulta que no fue así y la mantuvo oculta en un baul hasta que se ha descubiero (al menos las cartas que Claudio le envió están todas. Sería de mucho interés, cuando acabe el contencioso sobre el legado del poeta de Velintonia, que se unieran las cartas en un libro. Pero regreso a la Tertulia y a los amigos porque los que estuvieron y los que acabo de nombrar (y seguro que también me olvido de alguno) sentí que tambien me acompañaron aun sin estar presentes.

También estuvo José Casillas (de la Editorial Drakul) bien acompañado,el marido y familiares de mi presentadora,algunos asiduos a esta Tertulia no poetas pero si amigos de la Poesía y, en esta ocasión, mi mujer.

Gracias, muchas gracias a todos y cada uno de los que estuvistéis acompañándome, allí y en la distancia, y hasta la vuelta, aunque resulte, ahora, lejana en el tiempo.

Os dejo como es costumbre en este blog, una breve reseña de Marisa de la Peña, una mujer que ama la literatura y la poesía(por oficio, por vocación y en el caso de la poesía también por necesidad).


Marisa de la Peña nace en Madrid en 1969. Licenciada en Filología Hispánica por la especialidad de literatura en la Universidad Complutense de Madrid, ejerce como profesora de lengua española en el IES María Zambrano .Colabora en la revista digital Tiempos Modernos y en el blog Memoria pública del diario Público. Es la autora de dos blogs Enredando palabras y Los papeles de Claudia. Algunos de sus poemas están recogidos en las antologías digitales de los escritores Fernando Sabido (Poetas del siglo XXI), Agustín Calvo (Las afinidades electivas) y en las revistas Gatos y Mangurrias , y Alkaid .Entre sus títulos publicados se encuentran: Poemario a dos voces, ed. La factoría de ediciones. Ropa tendida al viento, BUBOK y La memoria herida, BUBOK. Ha participado en las antologías poéticas Poetas del 15 de mayo y Poetas en red. En el próximo año publicará su libro Esa helada verdad de la belleza con la editorial Quadrivium.