sábado, 27 de noviembre de 2010

Reseña de Enrique Villagrasa sobre el libro De la vida y otros ríos de Manuel López Azorín




Reseña de Enrique Villagrasa sobre el libro De la vida y otros ríos
Esta reseña se publico en el nº 31-32 de la revista Cuadernos del Matemático en diciembre de 2003


Manuel López Azorín: De la vida y otros ríos.

La editorial de poesía Huerga y Fierro presenta los magistrales poemas del murciano Manuel López Azorín (Moratalla, 1946) bajo el título manriquiano De la vida y otros ríos. Citas de Manrique, Fray Luis, Góngora, San Juan de la Cruz, Lope, Bécquer y Cernuda dan buena cuenta del bagaje literario y cultural de este poeta, quien canta a la vida con gozo y esperanza y lo hace como los grandes con el soneto: “El hecho de escribir es que me vale, / para poner al sol, mientras escribo, / la sombra en la que voy, como vencido, / envuelto en un temor que nadie sabe” (Pág.81) ¡Ahí es nada, diríase!

Es un libro que nace por la necesidad de gritar (ver el poema que abre el libro: Reseña del sujeto poético) y en su discurrir se transforma en liberación del cantar y del cantor (Ver el epílogo: Poema y vida) Es la primera impresión que se lleva el lector de este poemario necesario y justo: “La fuerza que me das es lo más cierto / de este sueño de vida que camina / por tu boca en la mía con un beso” (Pág. 57)
El poeta Manuel López Azorín escribe su obra al margen de las corrientes literarias establecidas. Y este poeta, que es hombre sabio y buena persona, ha elegido asunto para su poemario: libro que nace por necesidad como un llanto emocionado de desesperanza. Y el poeta lo ha comprendido en toda su verdad y magnitud y se ha servid0 de él, como decía Juan Valera, y lo ha convertido en canto de emocionante esperanza. Es una maravilla este poemario manojo de sonetos.

En este su séptimo libroel gran poeta López Azorín plasma sus interiores con evocadoras palabras y versos y plasma también los poderes del ánimo para ofrecernos poesía vital, desde el prólogo al epílogo ( donde además de cantar su dolor y su vida realiza un canto de admiración al soneto), pasando por los poemas de las cinco partes (De la vida. De los ojos. Del amor. De la duda y La casa del olvido) en las que se divide el libro: cuarenta y siete poemas de bellísima factura, comparables a los sonetos de mi también admirado Gabriel Bocángel: “Canté el dolor, llorando la alegría / y tan dulce tal vez canté mi pena / que todos la juzgaban por ajena / pero bien sabe el alma que era mía”

Creo firmemente que en los versos de estos sonetos admirables y magistrales se encarna la voz en palabra y vive presa en la página, con lamento y alegría, pero volando a lo más alto en ese su vuelo que no cesa.

Confieso que soy amigo y lector de Manuel López Azorín y que esta reseña es una lectura apasionada de su libro, pero cierta, y nada demuestra más la valía de un poeta como el encontrar buenos versos por él escritos y De la vida y otros ríos no sólo contiene buenos versos, es un excelente poemario donde el lenguaje se hace pura magia verbal, puro hechizo, fuerza plasmadora: “No quiero ver la risa derrotada / ni la nada de nieve por los ojos / ni intuir en el gesto los despojos / de lo que fue y no es a mi mirada” (Pág. 31)

Y escribo convencido, tras leer este poemario, que la poesía puede cambiar los pensamientos de las personas, y si ésta no sirve para buscar la belleza y convertirnos en mejores personas no sirve para nada.

Del poeta Manuel López Azorín se puede decir que es un agitador cultural- poético asombroso y apasionado, y transcribir lo que dice su ficha de la carátula: desde 1982 reside en San Sebastián de los Reyes (Madrid) Funda el colectivo “Helicón” de poesía y relato y los cuadernos de poesía “La música de la palabra”. Crea el programa que dirige y presenta con el nombre de “Tertulias de Autor”. Es Premio “Zenobia” de poesía 1993 por su libro Vértigo. En 1996 pone en marcha el Centro de Estudios de la Poesía en la U. P. “José Hierro”. Crea y dirige la revista “Poesía en la diana”. En 1997 publica Versos para después de una película. En 1998 publica Amar es mi ejercicio. En 1999 publica Un sueño hecho realidad. Premio “Viriato” de poesía por “El río de los ojos” , Premio “Ciudad de Alcobendas” en 1999. Premio “Ramón Rubial” en 2000 y Premio “Rafael Morales” por su poemario Libro del desconcierto.

Y se echa en falta, en esta bibliografía, el poemario Azul de los afectos (Ayuntamiento de San Sebastián de los Reyes, 2001) que es un libro de poemas, de muchos poemas de factura tradicional, que tan bien domina, que nos hablan de la grandeza de alma y bondad del autor, de Manuel López Azorín, con unas sentidas líneas entre afectos y admiraciones del profesor y poeta Joaquín Benito de Lucas (X Premio Ciudad de Córdoba “Ricardo Molina” con La mirada inocente (Hiperión), que sirven de introito admirable. Con un poema prólogo y sesenta y dos poemas Hombres, otros tantos poemas Mujeres y un epílogo donde – en este libro – el autor ofrece sus versos a sus amigos poetas y no poetas con todo su afecto, porque como cita en el epílogo de Azul de los afectos: “En deudas de amor / cuanto más mejor”. Son poemas vibrantes, como todos los suyos, evocadores y sugerentes como toda la obra de Manuel López Azorín , que no sé muy bien el porqué no tiene un premio Nacional de Poesía o de la Crítica. Es un maestro al que hay que (re)leer y estudiar.


Enrique Villagrasa González (Burbáguena, Teruel) es periodista, escritor y crítico literario. Publica sus reseñas literarias en “Qué leer” de Barcelona, “Turia” de Teruel y “Artes y letras” de El Heraldo de Aragón. Como poeta, algunos de sus trabajos han sido traducidos al francés, al árabe e italiano. De sus poemarios, entre otros, destacan Sílaba del anochecer, Límite infinito, Alzheimer, la otra voz y Paisajes. Reside en Tarragona.

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