Poemas de Solo la luz alumbra ( Sección IV, V y final)
Lo acompaño con unas palabras del poeta José Hierro sobre mi poesía:
"Manuel López Azorín es poeta sobrio de expresión, de voz susurrante -veta machadiana-, íntima. Comunica directamente con el lector, quien lo siente próximo, pues entre ambos no se interpone la expresión orquestal, el brillante fuego pirotécnico. No solo escuchamos a un poeta sino a un amigo que renuncia a la pirotécnia de la palabra para que ésta entre, sin darnos cuenta, en nuestra sensibilidad, como una emoción. Imágenes, metáforas, adjetivos que no sean necesarios, los poéticamente imprescindibles han sido arrojados a las tinieblas exteriores."
José Hierro
IV
CELEBRACIÓN APÓCRIFA
La creación no se concreta
hasta que se celebra,
hasta que el hombre sabe y se
mejora
Claudio Rodríguez
LOS POETAS DE LUZ
Los poetas de luz siempre están vivos
ofreciendo el destello en sus palabras,
mostrando entre la luz
–en el fulgor de su camino –
la vida toda,
la claridad más honda,
en lo visible alumbra lo invisible.
Los poetas de luz siempre están vivos.
Siempre andarán –por la vida o la página –
amaneciendo.
Siempre
con el fulgor que hace perder el miedo
y despeja la sombra,
el que ahuyenta las dudas, el que alumbra
con esa luz que todo lo ilumina.
JUAN
DE YEPES HABLA CON UN POETA SIENDO UN CRÍO, LEYÓ SU CÁNTICO PORQUE EL MÉDICO DE SU MADRE LE REGALÓ LIBROS
DE AVENTURAS PRIMERO Y LUEGO DE POESÍA
En recuerdo del Doctor. Almendral
Te llegué una mañana y fui una dulce, extraña medicina.
A cambio de una lámina fuiste a
mi poesía y en ella te quedaste de por
vida.
En una etapa oscura, entrando yo en tu casa sin sosiego, llegó la luz que alumbra. Tu corazón, tan nuevo, hizo brillar tus ojos sin saberlo.
Leíste lo más
vivo, viste el ritmo, la música, el
amor… y el temor se deshizo porque el dolor cesó y un no sé qué quedó en tu corazón.
Esa luz, que
es relámpago, ahuyentó de repente toda
sombra y aunque todo fue extraño para ti, se hizo norma perseguir esa luz hora tras hora.
Sé que no has
entendido – y es debido a tu edad
adolescente – que la que yo
persigo, por la que clamo siempre, es la Luz de la vida tras la muerte.
Tu luz era
otra luz; pero tú no sabías qué luz era la que buscabas tú. Quizás mañana
sepas que mi luz y tu luz juntas destellan.
Monet:
"Impression soleil levant"
"Impresión Sol naciente"
(Museo Marmottan de Paris)
G. A.
BÉCQUER HABLA CON UN
JOVEN
POETA EN
LA PILA BAUTISMAL DE
LA
IGLESIA
DE SAN
LORENZO DE SEVILLA
Para Rafael Montesinos
Sé
de un himno gigante y extraño
que me abraza desde hace unos siglos
y lo sé sin saber, aunque sueñe
que su música es mía y es mío
el acento más hondo, profundo,
y la esencia del canto sencillo.
Yo soñaba la luz del relámpago
alumbrando otro himno,
ese himno que inicia su vuelo
como un pajarillo
que ama y canta y se tiñe de angustia
y, luego de herido,
pasa a ser, tras la muerte, ave fénix
(Todo mortal,
-digo-)
predicando en los más altos vuelos
su vuelo infinito.
(Es el himno que vuela en las páginas
de
un cuaderno de actas, de un único libro).
Tú, que sentiste el agua – Rafael –
en el mismo lugar que yo mismo,
busca, aprende en el himno, tuyo mío y de todos,
a encontrar tu lenguaje bendito.
Vive este himno gigante y extraño
que yo sentí mío.
Sea el lenguaje más claro y más puro,
el lenguaje
más vivo,
para darle a tu voz la cadencia
del idioma más íntimo.
TRES APÓCRIFOS DE RILKE
AL JOVEN KAPPUS
I
Estimado
señor:
alejado me siento,
así
lo considero, de enjuiciar sus poemas.
Lo
menos apropiado
para
abordar un libro de poemas
son
las palabras críticas.
Ellas
consiguen siempre algún malentendido.
No
son tan comprensibles ni tan fáciles
– las cosas – de expresar.
(Aunque así nos lo quieran
hacer ver).
Los
acontecimientos – muchos de ellos –
no
pueden describirse.
Se
dan en un espacio
que
jamás ha pisado la palabra.
Los
más inexplicables son las consideradas
obras de arte.
Tan
misteriosas son que pueden perdurar más
que la vida.
Yo
nunca seré juez, mi veredicto
es
más una opinión de corazón que de
justicia.
Entre
otras cosas porque la Poesía, joven,
le
sirve al hombre, pero no es del hombre.
II
Joven
amigo Kappus:
preguntarme
si son buenos sus versos
no
es lo más adecuado, en mi opinión.
Eso
es mirar hacia afuera de usted.
Adéntrese
en sí mismo y averigüe
aquello
que le inclina a escribir,
que
le impulsa a escribir,
pregúntele
a su yo ¿Debo escribir?
Indague
la respuesta,
debe
ser muy profunda, y muy sincera.
Si
fuese afirmativa,
si
se plantea firmemente “Debo”,
entonces…
procure
construir usted su vida
en
relación a su necesidad.
Luego
intente decir,
como
si fuera el primer hombre,
lo
que ve, lo que siente, lo que intuye,
todo
lo que ama y gana,
todo
lo que ama y pierde.
Un
humilde consejo:
describa
sus tristezas, sus anhelos,
aquellos
pensamientos que le asalten,
por
fugaces que sean,
su
fe en determinada
ética
y estética…
y
escríbalo del modo más sincero.
Procure
utilizar para expresarse
aquello
que conoce,
las
cosas de su entorno,
sus
recuerdos, sus sueños,
póngalos
en imágenes,
no
tema la pobreza, si es que es pobre,
de
lo más cotidiano.
Para
el creador todo es hermosura,
ni
la cárcel le impide libertad,
porque
la Poesía, cuando lo es,
intemporal
y bella se nos muestra.
III
Querido
amigo Kappus:
camine, observe, interiorice,
escriba
lo que vea, lo que sienta,
que
la necesidad le conduzca al poema.
Lejos
será el estrépito del mundo
frente
a la soledad de la escritura,
pero
no estará solo.
Con
usted va el camino, lo observado,
los
sueños que le viven, la infancia, la memoria
del
ayer sucedido.
De
toda esa inmersión tan solitaria
saldrá
su propio mundo, saldrá su mundo propio
y,
cuando esto suceda,
ya
no preguntará, ni a mí ni a nadie,
si
son buenos sus versos.
(Toda obra de arte nace de la necesidad).
Su
modo de engendrarlos es en el que radica
su
propio juicio crítico.
Adéntrese
en sí mismo cuando escriba,
explore
el manantial, el de su vida
y
hallará la respuesta que usted busca en
los otros.
Pues
debe, el creador, ser un mundo en sí mismo
y
en la naturaleza a la que pertenece.
Acéptela
y, después, cargue con su destino.
Monet:
"Impression soleil levant"
"Impresión Sol naciente"
(Museo Marmottan de Paris)
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DON ANTONIO MACHADO PASEA POR LA PLAYA DE COLLIURE,
UNOS DÍAS ANTES
DE MORIR.
Juzgar. ¡Triste labor!
Poeta, aunque desbarres en tus rimas,
mientras que las
produces te parece
que vas junto a la luz;
pero pasado el tiempo, aquel poeta
que juzga su propia obra
dista mucho de aquel que la produjo.
No tengáis
nunca, nunca, amor de padre.
(Todo narcisismo
es un vicio feo,
y ya viejo vicio.)
La excesiva indulgencia conduce a ser injusto
para consigo mismo.
Tampoco en el olvido seáis ingratos,
es mejor recordar que lo habéis intentado
y saber que es muy poco lo que se ha conseguido.
(Toda la imaginería
que no ha brotado del río
barata bisutería.)
Por intuición se crea, por juicio se corrige.
La distancia que media entre intuición y juicio
es camino pisado
ya sin vuelta.
(¿Sabes cuando el agua suena,
si es agua de cumbre o valle,
de plaza, jardín o huerta?)
No es valor absoluto, es relativo.
Por mucho amor que guardes de tus versos,
éstos, serán ramaje de un gran árbol,
pero jamás el árbol.
(Crea el alma sus riberas;
montes de ceniza y plomo,
sotillos de primavera.)
No te engañes y escribe con un sincero amor,
y sueña que florecen primaveras
en las ramas del árbol más hermoso.
Y si la sombra de tu verso un día
alivia del calor de algún verano
date por satisfecho
y mira, sueña…
Aun cuando la tristeza, o el dolor,
sea en tu corazón mayor que la alegría…
(Estos días azules …)
Recuerda: poesía
(ni música ni pintura),
es …palabra en
el tiempo.
JOSÉ
HIERRO SE SINCERA CON UN AMIGO
AL
QU LLAMA “COLEGA DE LOS VERSOS”
La poesía,
señorito, “colega de los versos”,
es la sal necesaria para el hombre,
es el aire, la luz, el agua para el hombre.
(Para todo animal).
No se puede vivir sin sal, sin agua, no se puede vivir sin aire, luz…
(La poesía siempre es un milagro)
Un poeta es un hombre que transforma la realidad que vive
en otra realidad
enmascarada.
La claridad, la bruma imaginada, la realidad y el
sueño: poesía.
Yo canté a la alegría porque soñé estar vivo
(y estaba muerto),
porque la poesía, la poesía auténtica,
contiene la memoria del dolor y la pesadumbre del llanto,
del miedo y de la duda, y contiene la magia
de la letra y la música a la vez
y el misterio
del mar que no se arruga
porque
siempre es presente.
Un poeta es un hombre de su tiempo
–una hoja entre millones del mundo-árbol–
y lo que canta de sí mismo es válido para
todos los otros.
(Mi sueño, ya lo sabes, es recitar en un
campo de fútbol
con miles de personas haciendo mi voz suya).
La eternidad que sueño es de ahora mismo.
Una luz que me alumbre entre la sombra de la inseguridad y de la duda.
Ahora es el instante, el tiempo necesario, la vida que nos bebe.
La eternidad que sueño es de este mundo
donde sé que me escuchas y te escucho
y el tiempo es una gota de rocío
que se bebe la luz mientras hablamos
y convierte el ahora en un instante único.
A qué esperar mañanas si no hay nada,
todo está aquí con el presente – lo dijo
Machado: hoy
es
siempre todavía.
Eso es la eternidad.
El poeta es un hombre que, tal vez,
con más capacidad de expresión, ve
con claridad el bosque.
Es esa hoja del árbol que canta entre otras hojas silenciosas;
pero es un hombre, un hombre como hay muchos.
Después de todo, cuando ya sea nada, tal vez se queden las palabras
y sean tiempo ya ¡Ay Don Antonio!
La poesía, amigo, digo, es como la sal,
es la luz y el milagro de lo que no sabemos.
Y no te olvides nunca:
no se es más que
cualquiera por serlo,
¿Una casualidad es el poeta?
¿Una Causalidad es el poeta?
Una necesidad es el poeta,
CLAUDIO
RODRIGUEZ ANIMA A UN POETA AMIGO
MIENTRAS CAMINAN, A QUE SIGA
ESCRIBIENDO.
Ahí tienes la jarra con el agua
y sólo es agua;
pero sacia la sed, da vida,¡ Es vida!
¿Y a qué temperatura
se ha de beber el agua?
¿La ignorancia revela lo invisible?
Me informó la ignorancia y me inventé poemas
¿Era sabiduría
mi ignorancia?
Vivo, camino, observo, interiorizo
aquello que los ojos y el espíritu
contemplan.
Toda contemplación acercamiento entraña
y entraña alejamiento ante el misterio
de la realidad conocida, intuida,
y la contemplación, que es pensamiento,
moralidad entraña.
¡Ahí tienes la jarra con el agua
y sólo es agua!
¿Y con qué claridad se ha de mirar el agua
para mirar la vida?
Intentar alcanzar lo inasequible
–Siempre me
vienen sombras de algún canto –
es, con lo irracional,
(¿Qué clara contraseña
me ha abierto lo escondido?)
atrapar en poemas las palabras
para hacerlos tangibles,
por lograr resplandor
definitivo.
Mira la poesía como un don,
adolescente o no,
como un estado pleno de entusiasmo,
como un rapto, como éxtasis,
como fervor de sensaciones
en comunión con los sentidos.
La poesía es leyenda, aventura,
como la misma vida.
La
creación no se concreta
hasta
que se celebra,
hasta
que el hombre sabe y se mejora.
¡Ahí tienes la jarra con el agua
y sólo es agua!
Parte tú desde el ritmo
de este lenguaje oral, no sólo escrito,
él, la palabra, acerca hasta el espíritu
y es música de vida,
porque
el lenguaje
es
la propia vida en la poesía.
Vive, camina, observa, interioriza,
en la contemplación
está la luz.
Oh,
claridad sedienta de una forma
de
una materia para deslumbrarla.
Ahí tienes la jarra con el agua
y sólo es agua;
pero sacia la sed, da vida, ¡Es vida!
EL POETA
DE ARCOS HABLA CON UN
AMIGO
EN EL
PASEO DE RECOLETOS.
Tendrás que preguntarte al escribir
si acaso alguna vez
vendrá
la luz con su misterio
a dejar su fulgor sobre el poema
alumbrando poética o poéticas,
que no sólo de pan se sacia el hombre
y el estilo no está en ser homogéneo
o diversificado.
(No
se pueden negar las caras de la luna
por
más que se pretenda.
El ideal
es
sólo teoría de aquello que queremos,
un
único fragmento del deseo,
mas
no de lo que somos.
Por tanto somos uno y
diverso.)
En ti debe existir una respiración,
poema tras poema, libro a libro,
que sepa a ti y a ti el sabor recuerde,
diverso o uniforme,
a ese guiso especial que, de la madre,
nos llega en el olor de la memoria.
La memoria es la cuna
de la noche del canto
y recuerda que nunca
fuimos más
que
cuando fuimos niños,
Si te planteas esto y te decides
a escribir, libremente
o con preocupación formal, no olvides,
al margen de temáticas, o anímicos estados,
que aquello que cocines
tenga siempre el sabor del guiso de la madre.
No hay más explicaciones,
si acaso recordarte a Goethe
que sabiamente dijo: Gris, querido amigo,
es
toda teoría y verde es el dorado
árbol
de la existencia.
He hundido mis raíces
(pues sólo el
hombre
escribe y se pregunta
sobre el mundo y su origen)
en versos de memoria y testimonio.
Para más claridad que la declaración
de unos principios
líricos,
te diré que recuerdes a Novalis
cuando dijo que: el
hombre
puede
convertirse en llama parlante.
Si alguna vez viniera la luz con su misterio…
entenderás, por fin,
que
escribir es amar
sin
amor que te bese.
Hollé el mundo amoroso, el auroral,
en un mar que era tarde con campanas.
Oveja
negra fui de un
mundo agónico,
y reivindicativo.
Y luego, existencial y reflexivo e íntimo,
seguí siempre buscando la luz con su misterio,
esa sagrada
forma que da vida
a través de la vida, y el amor, y el recuerdo.
Si escuchas que te dicen, como a mí me dijeron,
que eres voz
de finura y transparencia,
y que como el
cristal y como el aire
tus
palabras resuenan prodigiosas,
si te hablaran de la patria de Rilke
no dejes de acordarte
que nunca
fuimos más que cuando fuimos niños.
Si dicen que cultivas
memoria
de la infancia, la emoción, el lirismo,
con
sentido del ritmo y con lujo verbal…
haz lo mismo que yo:
pregúntate tan sólo si algún día vendrá
la
luz con su muestrario
(comulgo que canté y dejé vestido
el aire de mi infancia.
Nada de lo que muere deja olvido.)
y, mientras tanto, escribe, escribe y busca,
la llama de la luz
y si te alumbra, entonces,
la
creación se habrá puesto de celo
y ya serás poeta.
V
NO ESPERÉIS NADA QUE NO TRAIGA EL AMOR
La memoria nunca tiene destierro
y guarda la esperanza
de volver a vivir
o, al menos, de volver a soñar.
M.L.A.
OS PODRÍA CONTAR
Os podría
contar lo que sé del dolor,
el olvido, el engaño, y de las decepciones;
pero esto es hojarasca que se pierde en el tiempo
y aunque, como en otoño, nos desnuda de sueños,
es tan sólo un espacio que comienza y termina,
alternando estaciones donde brillan las luces
o nos cercan las sombras.
No mitiga la herida
que produce el dolor
pero alivia saber
que no todo es tristeza
aunque primen las horas de las desolaciones
y haya apenas fulgores de dicha entre sus pausas.
(De
la muerte,
y el
esfuerzo incansable
de
hacer que nuestros sueños
se
nos vuelvan eternos,
haced caso lo justo:
ni excesivo temor ni valor de suicida.)
Os podría contar
que la dicha es muy breve,
pero aun breve es intensa cuando te abraza fúlgida.
La memoria la guarda, es palabra en el tiempo,
recupera el instante
convertido en destello.
Os podría contar...
Que, de pronto, un relámpago luminoso se acerca,
y te viste de
gozo si fúlgido te abraza.
Es entonces,
sucede,
regresas a la búsqueda de la dicha en la vida,
de la luz en la página, de la vida en el tiempo.
(La
muerte es sólo un sueño que nos sueña
y un
sueño de la vida lo eternal. )
Os
podría contar
que
pinto desde niño la luz que me dibuja
y
escribo sus colores con palabras que vivo.
(La cadencia del trazo,
en colores y ritmo de una pieza de
música:
percusión, cuerda, viento, y todo es
armonía.)
Voy
por calles que finjo para esconder la sombra
(los pasos siempre han ido entre el
miedo y la duda
y la luz, si alumbraba, era un fulgor
gozoso),
aunque
siempre es la máscara Lisboa y claridad,
por
páginas que bebo para saciarme de agua,
(Fulgor,
ritmo, perfume, ¡oh mi única reina!)
el
agua de su luz, la espuma que persigo
y
todo esto es, sí Claudio, leyenda y aventura.
Hacia
la luz camino, buscándola, buscándome…
Y para ver hay que elevar el
cuerpo,
la vida entera entrando en la
mirada
hacia esta luz, tan misteriosa y
tan sencilla,
hacia esta palabra verdadera.
Entre
el miedo y la duda he caminado
y
he buscado la luz entre la sombra
porque
siempre he creído: sólo la luz alumbra,
sólo
el amor nos salva
de
este sueño de vida y poesía.
La
fuerza de los sueños consiste en el esfuerzo
de
vivir lo que crees y llevarlo adelante
fingiendo
una ficción que es vida plena
para
que nadie piense que toda realidad
supera
la ficción que aquí imagina.
El
poeta de luz trasciende el tiempo.
Nunca
tiene destierro la memoria…
(Como sueños,
sin más,
se
desvanecerán
el
día en que, dormidos,
olvidemos
el sueño de la vida.)
¿Qué
es ser feliz: beber
alguno
que otro sorbo de una dicha
que,
al igual que la luz,
deslumbra en ocasiones, dulce y breve?
Yo
ya sé que la luz colmará mis palabras
porque
no espero nada que no traiga el amor
por
el agua y el verbo.
La
luz, que anda por ellos, si se bebe, deslumbra
y
aunque sólo sea instantes, sólo
instantes del tiempo
que
la sientes contigo,
sentirla
ya merece estar, ser en la vida,
amarla
justifica… este viaje, sin vuelta,
hacia la luz.Manuel López Azorín
Nota: Poemas de la sección IV y V (y final) de Sólo la luz alumbra.
De este libro , al publicarse junto con la selección de mis otros libros anteriores, quedaron sin publicar unos cuantos poemas que permanecen inéditos.
Proximamente los incluiré aquí en un apartado con el título de Solo la luz alumbra(poemas no incluidos en la antología)
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