Manuel López Azorín: lectura de Romancero flamenco acompañando a la guitarra, Nacho Martín. Introducción y poema "Federico"
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Federico
al
flamenco tu defensa
uniendo
cantes gitanos
y
payos en una etnia.
Pues
si el cante fue gitano,
porque
el gitano lo lleva,
payos
como tú lo ensalzan
y
otros, cantando, lo elevan.
Falla
te enseña a quererlo,
a
que de sus fuentes bebas,
a
unir lo culto y lo llano
con
lo que todos te enseñan.
Lo
bebiste de la mano
del
cirio y de la candela
y
diste, del Cante jondo,
lo
mejor en tu poema.
¡Ay
Federico! que fuiste
¡Ay
Federico, qué pena!
en
la fuente de las lágrimas,
llanto
de sangre en tu tierra.
Tras cada uno de los poemas de este Romancero flamenco hay, en letra cursiva, unas coplas, generalmente soleares aunque también algunas siguiriyas, que complementan el poema. Estas son las coplas por soleares que acompañan al poema Federico.
Soleá
por Federico.
Llanto
de rabia y de pena
en un
doloroso grito.
Se
llenaron los caminos
de
rencor y de condenas,
de
muertos y malheridos.
Se
empecinaron los vivos
en una
ciega carrera
con un
ciego desatino.
Hacia
el amor, que nos salva,
del
odio nunca se parte.
El odio
siempre nos mata.
Silencio,
los que aman, gritan
para
salvar el silencio
de las
llamas de las iras.
Para
hacerle frente al hambre
que
produce el abandono...
se saca
el alma en el cante.
En el
quejío que sale
como un
canto de alegría
se van
llorando verdades.
Manuel López Azorín
Del libro: Romancero flamenco (Eirene Editorial, Madrid, 2012)
2 comentarios:
Hermosos versos, Manuel, yo que amo profundamente el flamenco, es un hallazgo su blog que sigo, por la belleza de su verbo y nuestra afinidad por este arte atávico y espiritual.
Un abrazo en la poesía.
Gracias María G. Romero. gracias por tus palabras y por amar el flamenco. Una expresión artística digna y hermosa como pocas. Saludos
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