sólo la luz alumbra
Blog con información del poeta Manuel López Azorín: libros publicados, poemas, reseñas sobre sus libros y todo cuanto se relacione con su poesía.
jueves, 6 de julio de 2023
domingo, 12 de febrero de 2023
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Manuel Lopez Azorín Persona-Mapa
domingo, 5 de abril de 2020
Manuel López Azorín El poeta que soñó con la Ciudad de la poesía
Manuel López Azorín
El poeta que soñó con la Ciudad de la poesía
CIUDAD CON VOCACIÓN DE POESÍA
(San Sebastián de los Reyes)
Tu
ayer tuvo una loma con ermita
y
en torre, hoy, neomudejar se encarama
y
tuvo algunas chozas de retama
y
unos valientes que la Historia cita.
Dehesa
tuvo, y tiene, y una cuita
que
fue por mucho tiempo ardiente llama
del
fuego esperanzado que proclama
albedrío
en el hombre, y que lo agita.
Entre
eneros y agostos: primaveras.
Tu
ayer fue conformando su paisaje
a la sombra del tiempo que corría.
Llegaste
a ser lo que eres tras que fueras
aldea,
pueblo y, tras de tanto viaje,
ciudad
con vocación de poesía.
Manuel López
Azorín
S. S. de los Reyes abril de
1995
martes, 14 de enero de 2020
Poemas de Solo la luz alumbra no incluidos en la antología del mismo título publicada en 2011 por Sial-Fugger Poesía
Poemas de Solo la luz alumbra (2010) no incluidos en la antología del mismo título publicada en 2011 por Sial-Fugger Poesía
"Porque no es que Manuel López Azorín y yo seamos hermanos, que también. Un día nos salió al paso un descubrimiento: fuimos el mismo niño, y cuando dejamos de ser niños nos pasaron las mismas cosas, seguramente por soñar los mismos sueños. Como para dejar escapar yo la ocasión de hocicar públicamente en este hijo de Claudio Rodríguez, de Pepe Hierro, de Antonio Gala, y de tantos y tantos que han ido marcando los pasos de baile en torno a su poesía.(...)
Así que aquí hoy presumo de amigo y de poeta. Porque Manuel López Azorín es poeta desde dentro, eso se ve en todos y cada uno de sus libros. Somos muchos los que nos acercamos a la poesía intentando aprender el oficio de los versos, pero es que en el caso de Manuel López Azorín son los versos los que le buscan y le nombran, como si hubiesen nacido y crecido juntos, como si "el verdadero Azorín" no pudiese eludir la poesía porque es forma de su naturaleza sentimental y casi mineral.(...)
"¿Es la poesía de Manuel López Azorín algo serio? Yo diría que algo importante, muy importante.
Importante para él, como un sacramento, o como un estigma. Vivió siempre dentro de la poesía, vivió rodeado de poetas, vivió multiplicando la poesía a su alrededor porque sabe que el universo total no es un lugar sino una manera de vivir en todos los actos y gentes donde la poesía tiene derecho a llegar y quedarse. La poesía fue siempre para él una pasión y un oficio. Cualquier otra cosa que haga, no le librará nunca de su condición natural y única de poeta.
Y ahora que lo pienso: no sé por qué demonios estoy hablando de Manuel López Azorín en pasado. Quizás porque su vida poética ha sido larga pero rápida, y eso tapa el gallardo laboreo diario que hace de lo que toca un mundo de luz presente.(...)
Iba a aguantarme las ganas de decir que Manuel López Azorín no sólo es poeta, sino un enorme poeta. Pero no me aguanto y lo digo hoy en voz alta, no vean en esta pronunciación ninguna hipérbole. Los dos niños que fuimos en uno solo no han llegado a contaminarme. Los dos sabemos exactamente lo que medimos."
Fragmentos del texto escrito por el periodista, narrador y poeta Valentín Martín en su artículo del 16 de mayo de 2019 en el periódico digital "Salamanca al día.es"
Monet:
"Impression soleil levant"
"Impresión Sol naciente"
(Museo Marmottan de Paris)
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SÓLO LA LUZ ALUMBRA
Ser joven no es un deseo sino gracia
y claridad
de ser un dios sin reino
-Antonio Hernández-
DIOSES SIN REINO
(Poemas
no incluidos en este apartado de la selección antológica Solo la luz alumbra (Sial-Fugger
poesía, Madrid, 2011) )
DÓNDE LA LUZ
Los
poetas de ahora, ¿Por qué sendas andáis?
Los
caminos abiertos han dejado su huella;
pero
todo poeta quiere hollar nuevas vías,
escribir
sobre trochas aún inexploradas,
descubrir
el dorado que nadie ha descubierto
y
mostrarle a este mundo su fulgor con
palabras,
diamantinas
palabras con el oro del verbo,
en
el viejo lenguaje de los nuevos vocablos
que
trastoquen el tiempo, efímero, caduco,
y
eternal se nos muestre, tras la vida en la vida,
alumbrando
los días y las noches sin horas.
Los
poetas, ahora ¿Por qué sendas andáis?
La
experiencia es el fruto del camino
vivido,
el
lenguajes es el medio, la expresión su belleza,
para
reinventar, cantar la vida,
las
temáticas: viejas, como el mundo,
(Amor y tiempo y muerte. Todo en ellas)
en
ellas va encerrado lo demás,
va dentro de nosotros
y
siempre es verdadera,
y a
veces se enmascara,
y a
veces enmudece
y
dueña del silencio
nos
enseña el vacío de voces inexactas.
Algunas
veces muestra
el
horizonte que habla con relámpagos,
va dentro de nosotros, de
nosotros,
sólo
hay que ver su voz
y
dar con la palabra exacta, justa,
nombrarla,
darle vida;
pero,
dónde la luz para alumbrar el éxtasis.
CONFIANZA
Tened
confianza, jóvenes,
en
vuestra inteligencia, en vuestro instinto.
Sin
consejos de sabios
(Generalmente falsos.)
ni
de aquellos mayores que pretendan
ser
igual que vosotros.
Os
engañan
tratando
de llevaros al filo de su norma.
Aunque
habréis de beber, sin duda alguna,
de
las fuentes de ayer,
pues
sin memoria viva todo es nada,
recordad
siempre a Rilke e intentar decir
“como
si fuera el primer hombre”
lo
que veis y sentís, lo que intuís
y
todo lo ganado y lo perdido.
Tened
confianza.
Así
seréis vosotros, aunque os equivoquéis
sabréis
rectificar y andar de nuevo
por
el interminable sendero de las dudas
y
de la libertad.
Confiad
en vosotros
y
sabréis del amor, y de la vida,
del
dolor, la alegría...
sin
más intermediarios
que
vuestra inteligencia, vuestro instinto,
todos
vuestros errores
y
el agua de las fuentes que bebáis
mientras
vais caminando
desde
el primer milagro al último misterio.
Tened
confianza, ahora es el momento,
disfrutad
del tesoro que tenéis,
el
que llamó divino el gran Darío,
y
de vuestra ignorancia.
(Algo que no se marcha con el tiempo
como la juventud,
porque sabréis, ya lo sabréis un
día,
lo mucho que ignoramos.)
ARDUO CAMINO
Mirad:
la poesía, casi toda
la
poesía escrita cuando joven,
suele
ser inmadura.
(Esto es así, y es evidente,
todo necesita su tiempo a no ser que el
milagro,
la
claridad de Claudio, el misterio
Rimbaud …
– lo
inexplicable siempre – se produzca.)
Desde
el posmodernismo, al poeta, al artista,
– mis jóvenes amigos –
se
le pide lidiar la tradición.
(Y torearla es duro pues se requiere mucho aprendizaje.)
Hay
ruedos que son sólidos,
con
vocación y con aliento mas sin riesgo
y
hay tierras arriesgadas.
Tratar
de descubrir dónde abonarse,
averiguar
el surco, la semilla...
es
un arduo camino.
Con
mesura, templanza, desenfreno, impaciencia,
poned
en cada verso la pasión hasta el límite,
y
vocación, y solidez, y riesgo.
(Y, sobre todo, amor por lo que hacéis.)
ARTIFICIOS
PRODUCTIVOS
Queridos
compañeros de los sueños:
la
crónica indigencia del poeta
–y
no es simbología de lo abstracto –
tal
vez os pueda hacer virar el rumbo
hacia
fructíferas ficciones, prosas...
Recordad
que alguien dijo – no se quién –
que el escritor
es bardo y que frustrado,
harto de hacer el zompo con
la lírica,
se introduce en la jungla y
se recrea,
sin aura camenal ni metro
alguno,
en fingir artificios
productivos.
Alguna
vez escribe algún poema
que
conserva con celo, bien guardado,
porque
sueña eternal vida de luz.
Si
pensáis que el poeta,
que
escribe lo que vive aunque lo finja
como
una realidad imaginada,
necesita
algo más que poesía...
nunca
seréis poetas.
LA
FUERZA DE LA EDAD
Pudiera
suceder
que
lo anterior no ocurra
y
dado que la fuerza de la edad,
tan
vital y con sangre luchadora,
afronta
el laberinto de los versos
creyendo
en el triunfo coronado
y
dueño de la luz de las palabras...
(Teseo sin Ariadna,
regalado de luz por Anfitrite,
es de origen divino.)
¿Servirá
la corona de los años,
igual
que en la leyenda,
para
alcanzar la luz?
¿Se
podrá, sin madeja del amor,
encontrar
la salida?
MALVERDAD
No
todos los poetas
reniegan
de pasados lejanos o recientes
ni
todos los que dicen renegar
desprecian
de las fuentes toda el agua.
Pero
es cierto que algunos,
en
plena soledad, frente al misterio,
se
afanan por lograr eso que llaman cárcel
de
medidas y rimas, de música y de luces.
Se
guardan bien de no decirlo nunca;
pero
de noche se ejercitan,
casi
con obsesión, en lograr su propósito.
Si
alguna ves lo logran nos dirán:
– Yo sé
escribir sonetos, pero no me interesan.
(De tanto repetirla, la mentira
se acaba convirtiendo en malverdad.)
Algunos
de vosotros
puede
ser que creáis en sus palabras;
pero
un poema bueno, un buen poema,
da
igual que esté en la cárcel o en la calle
porque
dispone de alas
y
vuela, y se hace tiempo , espuma y aire.
CON
LAS TRIPAS
Mis
jóvenes poetas:
escribir
un soneto es ejercicio,
es
saber – con la métrica y la rima –
manejar
el lenguaje sin que oprima,
sin
que sirva al sujeto de cilicio.
Es
hallar una fórmula al servicio
de
las palabras, es ir hasta la cima
con
ética y estética pues prima
la
forma, el contenido...
(¿Es el
oficio?)
y
seguir las premisas – sin aprieto –
y
decir mucho en poco:
exposición,
y
nudo, y desenlace... y ya está, sale.
Así,
se da por fin, fin a un soneto;
pero
si en él no está el aliento, el son,
aunque
haya técnica, sin luz, éste no vale.
Y
recordad a Garcilaso, a Lope, a
Góngora, Quevedo...
Tras
todos ellos
y
los que luego nos dejaron huella,
haced
vuestro camino
y
escribid, con las tripas hacia fuera,
aquello
que viváis y que sintáis
con
palabras de vida en el poema.
SOLEDAD DEL DESARRAIGO
Mis
muy queridos jóvenes poetas:
lo
normal es que andéis como perdidos
en
esa oscuridad que trae la duda
y
el instante parezca un laberinto
de
enredados caminos en el hilo
de
todas las incógnitas.
Normal
es que, sin armas, afrontéis la batalla,
normal
es que busquéis dónde nace el poema,
la
raíz que alimenta, con su savia,
la
palabra del árbol que ha crecido en el tiempo.
Eso
parece lo normal, sin duda.
Después
vendrán los ecos o vendrán los olvidos
(Esto es
algo que ocurre en cualquier andadura.)
Vivimos
en un mundo, ahora de mascotas y de máquinas,
y
en esta soledad del desarraigo
olvidamos
la senda ya pisada,
mitificamos
la tecnología
–
la gran devoradora de miserias –
comparamos
a un niño con un perro,
y
somos dependientes de un clic doble.
El
hombre está en peligro, y las palabras,
pero
no son las máquinas culpables.
El
hombre,
rodeado
de autómatas y lobos, sueña, aspira a
la luz,
busca
la lucidez en tanta sombra de soledad y
miedo.
CLARIDAD DE LA LUZ
(Poemas
no incluidos en este apartado de la selección antológica Solo la luz alumbra (Sial-Fugger
poesía, Madrid, 2011) )
No es nada, es un suspiro,
Pero nunca sació nadie esa nada
Ni nadie supo nunca de qué alta roca nace.
- Luis Cernuda-
SABEN
QUE NO SON CISNES
Puedo
decir que sé de algunos
disfrazados
de cisne, con escala y afán
de
elevarse a la cima.
Este
no es un proyecto aconsejable
cuando
no existen alas y es un fin
sin
importar los medios.
Sueñan
la cúpula más alta
van
de depredadores, conspirando.
Muestran
caras fraternas, amables, bondadosas,
buscan
el resplandor, ambicionan la luz;
pero
no es esta luz esa luz del misterio.
A
veces lo consiguen, nos engañan,
se
sirven de artimañas y obtienen el ascenso,
pero
no se relajan
porque
nunca hay escalas suficientes
para
alcanzar la altura de las aves.
(Saben que no son cisnes.)
El
deseo implacable de elevarse
los
conduce al vacío
(Y a la
sombra.)
aunque
no lo sepamos.
CONTRARIOS, ALIADOS…
Mirad
amigos míos que hay cuchillos
de
palabras mortales en contrarios,
dardos
envenenados en éste, nuestro mundo.
Sabed
también que, en aliados,
hay
un amor que siempre reverdece.
Hieren
los primeros.
Destilan
por la voz y por las páginas
cicutas
de palabras sumidas en la sombra
y
si no tienes nada que ofrecerles
no
vales nada.
Los
segundos observan, buscan en lo más hondo.
Tal
vez no encuentren nunca o tal vez de a la luz
su
verso y nos deslumbren,
pero
nunca serán los asesinos
que
clavan su cuchillo envenenado
por
la carne y la página.
Lo
triste es que en nosotros viven ambos.
FUENTE DE RECHAZOS Y DE
ASOMBROS
Es
fuente de rechazos y de asombros.
observar
la profunda diferencia
que
existe entre cristales y diamantes.
De
rechazos:
saber que la mentira,
llena
de vanidades y de astucias,
bulle
entre las palabras y se aloja,
y
medra y ningunea,
en
lugares que no le corresponden.
De
asombros:
beberse las palabras,
las
de aquellos que escriben en la luz,
la
de aquellos que buscan, sin más razón de ser,
sentir
el vuelo
del
agua por el aire.
Lumínico
fulgor, no de este mundo,
para
saciar la sed.
POETAS Y POETAS
Hay
poetas que herméticos proclaman
un
mundo de tiniebla que unos pocos
descifran
con los símbolos
de
un iniciado círculo,
en
un lenguaje críptico y lejano
de
aquellos que inventaron el lenguaje
para
ver de entenderse.
Los
crípticos poetas
viven
en la confianza, inusitada,
del
gran sentido oculto del poema.
Lo
hermético, el misterio,
lleva
– piensan – el aura del milagro,
belleza
inexplicable de lo oculto.
Y
forman ese grupo…
un
círculo invisible a muchos ojos.
Hay
poetas que son como agua clara.
Aunque
lleven enigmas en sus verbos,
irradian
una luz que nos deslumbra
en
la difícil sencillez con que hablan.
La
clarificación de este lenguaje
de
músicas y ritmos, sugerente...
siempre
atrapa, con su hermoso misterio
porque
es como agua pura
y
colma nuestra sed.
(Todos son respetables,
cada cual es muy libre de elegir su destino
cada cual es muy libre de elegir su destino
si es que puede elegirse)
LO DESCONOCIDO
(El poema)
La tarde se derrama
rosada,
rojazul,
vencido el día...
y la noche la oculta con su manto.
El camino oscurece,
en penumbra
todo se distorsiona en las pupilas
y lo desconocido
nos acerca
un temor invisible.
Mirad el cielo
estrellado
esta noche.
Las luces,
resplandor
entre lo oscuro,
van danzando en los tules de la sombra.
Y llega un miedo denso,
entra
en nosotros, dentro,
nos paraliza.
¿Entra dentro, en nosotros?
Las luces, en su sitio.
¿Y ya no verlas
es sentir
un temor inexplicable
frente al profundo negro
que todo lo transforma?
¿Son mis ojos, los vuestros, yo, vosotros?
La cima del temor cambia el paisaje.
El miedo
hace del árbol
una figura extraña,
misteriosa.
Los sonidos, parecen
multiplicar el eco del misterio,
el murmullo del agua
se trastoca en rumores de amenaza.
¿Y cómo puede ser
si nuestros ojos
se adaptan a las luces y a las sombras?
Los verbos enmudecen
y cesan las imágenes,
se atoran las ideas,
los conceptos,
las emociones claman por salir
y todo es como un tiempo detenido,
como el sueño infantil,
la pesadilla,
donde quieres correr
y vas inerte,
inerte, inerte, inerte…
hacia el abismo.
Es lo desconocido que, de pronto,
nos asalta y reduce.
¿No era la tarde bella,
no es la noche estrellada,
no es el agua susurro, canto, música?
Y la mirada
¿Es nuestra?
(Desde dentro,
desde muy dentro, siempre.)
A veces, con los ojos, nada vemos
¿No es la palabra el canto,
no es medio de sentir lo inexplicable,
no es nombrarla y, de pronto, darle vida?
Es lo desconocido,
nos asalta y reduce el pensamiento,
el corazón, el alma.
La oscuridad frente a todas las páginas:
intangible temor.
Un grito enmudecido
clama
la claridad de algún instante,
las precisas palabras
para ahuyentar el miedo,
a lo desconocido y al vacío,
y alumbrarnos
de vida.
Un instante fugaz cruza los cielos,
desparrama sus luces , ilumina
y nos trae un relámpago,
un instante.
¡Y todo es claridad
en plena sombra!
Y lo desconocido
se hace luz desde dentro
y el temor desvanece,
pues ella
le da vida,
y a la palabra…
¡Forma!
HAY QUE OÍR EL SILENCIO
Para
aprender a ver
hay
que oír el silencio,
entenderlo,
tratar de descifrarlo
tras
haberlo escuchado con palabras.
Hay
que oír el silencio y abrazarlo
como
forma de círculo de vida.
¿Quién
puede, con palabras,
describir
lo
que dice el silencio?
Tal
vez, con la palabra amor,
el
silencio desvele su secreto.
FÚLGIDO
INTERIOR
Mis
queridos y jóvenes poetas:
si
lo interno es ceguera,
lo
mismo da la luz del sol, lo mismo,
que
la noche más negra.
No
oscurece la sombra de lo externo
el
interior si es fúlgido.
Si
el paisaje interior seguro luce,
por
más oscuridad
que
sobre ti, sobre tu voz, se cierna...
se escribirán tus pasos en la luz.
EN SOLEDAD ESCRIBE
Desde el silencio escribe buscando los relámpagos,
esa infinita luz que aviva el verso
que debe ser
reflejo de tu vida
y de la vida.
En soledad escribe sirviéndote de todo lo que ha
sido
y de tu propio tiempo.
Donde mejor te sientas vive humilde el espacio,
en él nadie reniega de su centro.
Con un amor sagrado te conduce a conseguir la magia,
esa dulce materia invisible que intuyes,
la luz.
En soledad escribe.
Con la vida se aprende y en la duda vivimos.
Que nunca se te olvide que partimos del llanto
y en participación y en compromiso
se camina tratando
de saber de nosotros,
tan ángeles, demonios…
y los pasos son luego un pañuelo de músicas
de tristeza, alegría...
Luz siente,
despójate de sombras y camina,
sabiendo de tu centro, hacia la luz.
¡Ah luminosa luz…
que
de repente llega y ofrece claridad!
CELEBRACIÓN APÓCRIFA
(Poemas
no incluidos en este apartado de la selección antológica Solo la luz alumbra (Sial-Fugger
poesía, Madrid, 2011) )
La creación no se concreta
hasta que se celebra,
hasta que el hombre sabe y se mejora
- Claudio Rodríguez -
LEOPARDI HABLA EN TARQUIMIA CON UN JOVEN POETA
QUE SUEÑA CON VOLVER A SU TIERRA.
“E
il naufragar m´e dolce in questo mare”
Para
Antonio Colinas
Normal es regresar a la colina
y contemplar el tiempo sucedido
por la bordada tela de la vida
que, desde Recanati,
trabajó mi mantel de pensamiento
nada alegre, elegíaco,
con gran escepticismo y amargura
frente a la enfermedad y el desencanto.
Normal es regresar.
Vive en mi
espíritu,
la tierra donde observo a la luna
silenciosa,
en mi infancia.
(Es la historia de amor entre dos mundos:
la tierra, la raíz y enfrente el resto.
Y
tú lo sientes ya del mismo modo.)
Recanati, a pesar de las huídas
y de tantos regresos obligados
es, muy a mi pesar, la evocación
de aquel tiempo inocente ya lejano
(“Te amo siempre colina solitaria”)
y muy a mi pesar, el pensamiento,
en esta inmensidad tan diminuta,
lo compara, y se anega.
Noche
de madurez envuelta en nieve
tras tanto tiempo ya de luz y sombra,
de piedra, piedra, piedra…
Por la patria del alma nace el canto
del dolor.
Me recreo en las cosas
sencillas:
la colina solitaria,
(pájaro pensativo y apartado)
ese pequeño seto poderoso
que impide ver el horizonte vasto
(los años ya vencidos que regresan)
y el débil, rumoroso soplo de aire
que el silencio infinito me susurra.
El dolor es legítimo y es normal pretender
abandonar el río de los males,
anegarse en el mar de la dulzura,
de la paz, del reposo, del olvido,
de la nada que anhelo ya en los ojos
de esa hermosa doncella sin guadaña.
Aprisiona el dolor el cuerpo, el alma,
y en cambio el corazón late bondad
en tanto que se sueña la hermosa y bella
muerte.
(Un hombre moribundo, casi cisne,
canta el triunfo de su caña enferma.
Arpa él mismo al trasluz de Recanati)
Tu lo has dicho Gerardo.
Invocar a la muerte
frente al triste dolor, al desengaño
y al cansancio infinito del solitario pájaro,
de la luna que todo lo esclarece
silenciosa, impasible.
Una muerte que venga
convertida en
muchacha del amor.
(Bellisima fanciulla,
dolce a veder, non quale
la si dispinge la cordada gente)
Una muerte que espera, en la colina,
en el paisaje, un mar sin horizonte,
el final de este río que ha gastado
la dolorosa tela de la vida.
(No envidio nada más.)
Un mar que es el principio de la nada,
el infinito sueño del silencio,
y la
joven que invita
a buscar el naufragio y anegarse
cercano al chopo, al río,
en la paz infinita
de la raíz que forma y sueña y vive
tentativas
del hombre infinito.
Sólo
somos un cúmulo de viajes,
experiencias
y símbolos,
originarios
símbolos
que
dan vida a la vida que soñamos.
Pero yo me pregunto:
¿Será la paz el sueño de lo eterno?
¿será encontrar la paz ser ya la nada
tras esta amarga y dolorosa vida?
(Regresar a la tierra, a la raíz primera,
donde mirar la luna, la colina…
donde sentir el corazón que
sueña,
donde asir la memoria
al tiempo de los sones de otros tiempos
ahora que la vida
ha sentido, vivido, los paisajes.
Microcosmos de vida en esta vida.
Hoy tal vez te pregunte:
¿Cómo has podido tú, tras tanto tiempo,
ser el claro reflejo de mi llanto,
ser yo mismo, ahora mismo, en este instante
de infinito cansancio, de silencio infinito
y ser al tiempo tú, tan sólo tú?
Tal vez es que el poeta escribe lo sabido
y en la palabra entona el canto
para sí, para todos.
Un canto transformado, trascendido,
tras la experiencia viva
del viaje externo-interno de la vida,
con la palabra hecha fulgor ya nueva)
Tanto dolor, cansancio, clama tanto.
Clama por la muchacha que imagino,
su dulzura, su paz...
Anegarse en el mar ¿Será la calma?
Contemplo la colina, el horizonte
(¡Pequeña inmensidad, oh Recanati,
oh ese noroeste tan de ti!)
y hay temor a los ojos del olvido,
a la bella muchacha que no sé
si vendrá con la nada en las pupilas
o será tras de sí, límite último,
renacida la luz que a veces sueño.
¡Ay muchacho, qué duda tan extraña!
Que
este celeste pan del firmamento
me
alimente hasta el último suspiro
Regresar es volver a la raíz primera,
aquí estoy, esperando…
(Pájaro pensativo y apartado)
la hora de partir hacia el misterio.
EL HIMNO
DE SCHILLER
(An die freude)
¡Quien haya conocido la fortuna
de gozar la amistad de algún amigo,
quien haya conquistado algún amor
que una su alegría con la nuestra.
- Fiedrich
Schiller-
Aquí
sólo hay relámpagos,
pequeñas
llamaradas de entusiasmo
que
aparecen de pronto y pronto vuelan
al
aire de su vuelo,
al
aire de los sueños que soñamos,
fulgurantes
relámpagos alegres
que
iluminan instantes de la vida.
Efímera
alegría y sin embargo
la
más hermosa dicha entre los hombres.
Hija
del Elíseo –la alegría-
en
tus campos edénicos: la chispa,
el
destello que todos anhelamos.
En
la tierra vivimos
del
instante dichoso, breve, efímero,
que
llega y nos ofrece, en ocasiones,
el
más hermoso y dulce de los cantos.
Este
es un sueño roto tantas veces…
¡A
remendar las horas (y el poema)
a
zurcir la tristeza
en
solapas y versos de diario,
a
esperar que la luz nos ahuyente la sombra!
¡La
alegría, en la luz!
Que respiren los hombres de
su aliento
en
los veloces años de horas lentas
y
se alumbre la vida.
¡Que
no sea sólo el soplo del instante!
Queremos
encontrarla,
soñamos
disfrutarla aquí, en el suelo,
hasta
que la ceniza vuelva al aire
y,
espuma ya, se vaya más allá de las estrellas.
Manuel López Azorín
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